1. ¿Has sido tú?

 

bosque

 

1. El caso

 

Por decimocuarta vez, Mocauy se preguntó si avanzaba hacia su destino o trazaba círculos como una idiota. La pista de tierra por la que conducía su todoterreno atravesaba del frondoso bosque y era imposible orientarse. Siempre la misma vegetación, las mismas curvas y las mismas rectas. Lo único que cambiaba era la posición del sol. Un acierto salir de mañana y no después de comer. No quería pasar la víspera de Nochebuena durmiendo en una cabaña del camping Rizel.

De soslayo, observó la carpeta que descansaba sobre el asiento del copiloto y que incluía todos los detalles de un suceso sobrecogedor: la encantadora Yaz había desaparecido de camino a casa de su abuelita. El lugar: aquel bosque. La vieron salir de casa de sus tías pero no llegó a su destino. La policía local se había dado por vencida y ahí entraba ella. El caso estaba siendo realmente raro y no solo porque Adryana, el pueblo al que debía ir, no aparecía en Google Maps.

Si no necesitase el dinero les habría dicho a las amables tías de Yaz, Anamari y Selene, que hablaran con su colega la detective Maria. Odiaba tener un caso en navidad y este parecía que iba a ser para largo.

Su única pista era ese pueblo, situado a cien kilómetros de donde vivía pero del que jamás había oído hablar. Encontró el nombre escrito con lápiz de ojos en un post it pegado al ordenador portátil de la chica desaparecida y, tras una ardua tarea de investigación, supo de qué se trataba.

La policía ya había estado allí, por supuesto. En resumen: todo normal, nadie había visto a Yaz y nada indicaba que mintieran o estuvieran involucrados de alguna forma en lo que le hubiera pasado. Ahora ella tendría que confirmarlo y esperaba no hacerlo. Sin ese pueblo, la única opción eran kilómetros y kilómetros de parque natural.

Al dar una curva, como salida de la nada, se encontró con una pequeña gasolinera. Un escalofrío la recorrió de pies a cabeza, no aparecía en ningún plano y ni siquiera la policía la había mencionado. Tenía medio depósito pero no estaba de más llenarlo y,  pese a la mala sensación, era un buen lugar para indagar.

Con una nube de polvo, detuvo el vehículo al lado del único surtidor. Una cartulina descolorida colgaba del último boquerel con un mensaje escrito en fucsia: “¡Ni lo toque! Ali le atenderá”.

Obediente, Mocauy se dispuso a esperar a Ali y cogió la foto de Yaz de la carpeta. Al devolver la vista hacia la pequeña tienda de la gasolinera, dio un bote en el asiento. Una chica le sonreía al otro lado de la ventana.

—Que rapidez —murmuró Mocauy, haciendo un esfuerzo por normalizar su respiración.

—Buenos días, soy Ali. ¿Qué le pongo?.

La ponía nerviosa, pero no consideró oportuno resaltarlo.

—Sin plomo del 98. Lleno, por favor —dijo Mocauy mientras salía del coche.

Ali programó el surtidor, perdió la mirada en los árboles que había al otro lado de la pista y empezó a hablar.

—Dice La profecía que un ser maligno se hará con el poder. El reino de Fiorella perderá toda condición mágica y sus habitantes se volverán humanos, completamente humanos, los que tienen rasgos humanos y las criaturas mágicas, adoptarán el aspecto de los humanos. Mientras él tenga la piedra Offuscatio y a la elegida, el mundo mortal estará indefenso y poco a poco se irá haciendo con su control, hasta someterlo en su totalidad. El maligno no se detendrá ante nada ni ante nadie, a menos que lo detengan. Eso dice La profecía.

—¿Perdón? —preguntó Mocauy desconcertada.

—¿Qué? —preguntó Ali fijando su atención en la detective.

Mocauy dudó.

—Acaba de… esto…  ¿Una profecía?.

Los ojos de Ali brillaron de emoción.

—¿Una profecía? —repitió ilusionada—. ¡Me encantan las profecías!. ¿Conoce alguna?. Bueno, no es como que yo no vaya a conocerla pero quién sabe.

Mocauy tardó bastante en responder, lo necesario para plantearse si se estaba volviendo loca.

—No… lo siento. ¿Cuánto es?.

Sin perder la sonrisa, Ali señaló la tienda con el pulgar.

—Tiene que pagar dentro.

—Ajá —respondió Mocauy, echando a andar hacia la tienda.

Al empujar la puerta, unas molestas campanitas anunciaron su llegada. La persona tras el estrecho mostrador le sonrió.

—Bienvenida.

Olvidándose de Ali, Mocauy se puso a trabajar.

—Gracias. Quería pagar la gasolina y hacerle unas preguntas, por favor. —Con profesionalidad, dejó la foto de Yaz y la tarjeta  de crédito sobre la madera—. Soy detective y estoy investigando una desaparición. ¿Ha visto a esta mujer?.

Desconocido observó la instantánea y pasó la tarjeta para cobrar.

—Me temo que no. ¿Le ha pasado algo?.

—Yo diría que estar desaparecida es bastante.

Desconocido rió con nerviosismo, entregándole la tarjeta y el papel de la venta.

—Si bueno, me refiero a algo malo, ya sabe.

Mocauy firmó el recibo que le tendía y guardó la tarjeta.

—Seguro que no —dijo al fin.

Ali entró en ese momento.

—Depósito lleno.

Como tenía la foto en la mano, Mocauy probó suerte con ella.

—¿La ha visto por aquí?.

—Es detective —explicó Desconocido ante el gesto confuso de Ali.

—Ah, pues no.

Desconfiada pero sin mucho a lo que atenerse, Mocauy asintió y se despidió. Su instinto le decía que ocultaban algo pero, después de lo que había pasado con Ali, podría ser cualquier cosa.

En cuanto Mocauy se metió en el coche, Desconocido descolgó el teléfono que había junto a la caja registradora, marcó un número a toda velocidad y miró a Ali.

—Profeta, ¿le has dicho algo?.

Ali lo miró ofendida.

—¿Yo? Para nada, Fauno.

Desconocido iba a replicar pero estaba en línea. Del otro lado, le llegó una voz cantarina.

—Ayuntamiento de Adryana, al habla Grace.

—Tenemos un Ce62.

Grace tardó unos segundos en hablar.

—¿Qué tenemos qué?.

Desconocido soltó un  juramento.

—Un Ce62. ¿Cómo demonios no sabes lo que es?.

El comentario no fue bien recibido por Grace.

—Oye, hasta hace unos meses ni siquiera tenía pulgares oponibles. Ya es un milagro que sepa cómo funciona este chisme.

—Está bien, Ave Fénix —dijo Desconocido—. Un Ce62 es un código importantísimo, significa que un detective va de camino.

—Oh, eso. Daré la alarma. Llega en el peor momento.

Desconocido se revolvió en su sitio.

—¿Qué ha pasado?. ¿Ha muerto?.

—Del todo —confirmó Grace.

 

 

 

Nota: Me he agenciado vuestros nombres, si, os avisé. La mayoría son de los que comentáis o habéis comentado varias veces, también estarán en ella blogueros a los que yo sigo y algunos de los que le habéis dado al “me gusta” en facebook. Desconocido, Misterioso, Discreto, y demás corresponden a los que no he podido meter o no conozco. La historia se divide en varias partes que iré subiendo a los pocos y terminará antes de fin de año. Con esto resuelvo un caso y la felicitación navideña del blog… que me he quedado sin postales 😉

En cualquier caso, espero que os guste.

Besos y gracias por pasaros.

 

 

 

 

¿No has sido tú?… No sé yo. Esto continúa en:

2. La caída…¿Has sido tú?

 

 

 

 

, , ,

11 Responses to 1. ¿Has sido tú?

  1. mocauy 16 diciembre, 2013 at 21:19 #

    el relato continua??? por que me encantaría saber como sigue…tienes una imaginación buenísima…me gusta !!! bsss

    • nesa 16 diciembre, 2013 at 23:32 #

      ¡Claro que continúa detective Mocauy!
      Aún te quedan un par de cosas por hacer jeje
      Me alegra que te guste!!
      ¡Besos!

  2. Valaf 16 diciembre, 2013 at 21:29 #

    A ver, a ver…de primeras ya pensaba yo que era la caperucita roja pero en época de pc’s, jajajajaja…

    Pero no. Te has montado una especie de relato que, en ocasiones, me recuerda a Narnia, pero con la intriga de las novelas de detectives. Deduzco, CLARO…que la desaparecida tiene que ver con la transformación en masa de las especies reinantes en ese bosque, ¿no? Y al final parece que ha muerto…¿necesitaban su sangre? ¿su hálito vital? ¿¿¿¿¿NO SERÁ LA CAPERUCITA, NO????

    Un besazo!!

    • nesa 16 diciembre, 2013 at 23:35 #

      jajajaja no hombre, Yaz no me lo perdonaría jeje
      Además, Caperucita me cae bien… cosa que no puedo decir de Blancanieves, a esa si la despellejaría jajajaja
      Si, es un «cuento» un tanto extraño. No se debe conducir y beber, tampoco escribir y beber 😉
      Gracias por pasarte, Valaf.
      ¡Un besazo!

  3. Canopus309 16 diciembre, 2013 at 23:56 #

    Empieza bien, esto promete, nada de caperucitas, veo a un Profeta, un Fauno, al Ave Fénix….la magia…..,me gusta la magia….estoy impaciente por el resto.
    Besos y gracias

    • Nesa 17 diciembre, 2013 at 2:39 #

      ¡Gracias a ti por pasarte a comentar, Canopus!
      Esos y mas jeje. Y sí, la magia que no falte.
      ¡Besos!

  4. Mientrasleo 17 diciembre, 2013 at 0:39 #

    Me gusta, me gusta la historia la rápida atmósfera y tu capacidad para meter nombres.
    Más!
    Besos

    • Nesa 17 diciembre, 2013 at 2:36 #

      ¡Me alegra que te guste, Mientrasleo!
      Sigo, sigo jeje.
      Besos y gracias por pasarte.

  5. Blacquier 31 diciembre, 2013 at 19:03 #

    Aunque, como siempre, llego tarde y ya están todos los capis publicados, prometo no cotillear de antemano. Voy a contener mi vena celosa y procuraré no desear la muerte lenta y dolorosa de la detective Mocauy por haberme jod… esto… quería decir robado el papel protagonista. Espero que no vuelva a pasar, me gusta como empieza la historia, pero si no aparezco en el próximo capítulo te rebajo de amiga a colega, ya lo sabes.

    • nesa 2 enero, 2014 at 23:25 #

      Mira, mira ¡¡Mira!! Ni te imaginas lo que me costó asignar papeles.
      Cruzo los dedos para que te guste, que ya me veo rebajada a conocida 😛
      Un beso y gracias por pasarte.

Trackbacks/Pingbacks

  1. 5. El móvil... ¿Has sido tú? - 27 diciembre, 2013

    […] El caso… ¿Has sido tú? […]

Deja un comentario

Powered by WordPress. Designed by WooThemes