Lecturas de verano I

¿Cómo va el verano? Por aquí la verdad es que está siendo de lo más informal. De hecho, hoy llueve. A ver mañana…

Como el tiempo va por libre, yo también me he tomado un par de licencias y en mis lecturas todo es posible, hasta el punto de encontrarme tumbada en la toalla con la nieve hasta las rodillas ¿No es estupendo? ¡Cuánta magia guardan los libros!

Allá por junio tenía compuesta una lista con los títulos que se vendrían conmigo de viaje. Algunos sobrevivieron, otros se vieron relegados, unos cuantos se colaron cual polizones.

Voy con los de la foto, en la que falta uno que sí he leído pero que no pude incluirlo. Es lo malo de los libros electrónicos, me sobra toalla… aunque también lo bueno. El de NOS4A2 se hizo dueño y señor de la maleta y casi no me deja sitio para la ropa.

Ese del que hablo, Nosferatu, el del juego de palabras tan acertado a modo de matricula molona… a ver quién es el valiente que se lo lee en Navidades. Todo un ¡Jo!, ¡jo!, ¡jo! de mal rollo en Christmasland. También buenas intenciones, y propósitos… y despropósitos… y murciélagos, y teléfonos que suenan por culpa de niños con un sentido del humor escalofriante. Sí, me lo pasé como una enana. Como quien juega al Scrabble, como montar en bicicleta 😉

Pasé después a Tiempo de Héroes, La venganza de PekinP, para encontrarme otro tipo de monstruos… e inquietarme porque algunos llegaron a caerme en gracia. Aquí hasta los buenos tienen sombras oscuras, que no hacen otra cosa que duplicar el valor de sus actos. Con la idea que tenía tras lo que leí cuando empezaron con el blog, estaba segura de que mis personajes favoritos eran Silvia y Gato. Ahora… está difícil. A mayores, merece la pena echarle un vistazo a las ilustraciones o los artículos de prensa. Son una pasada y complementan la historia de forma magnífica.

Más ilustraciones estupendas encontré en Emma, la que me falta en la foto. Esta novela corta de Irene Comendador fue amor a primera vista. A ver: novela de zombis romántica. Que una no es de piedra y ya solo por la intriga ahí me fui a leerla. Y eso encontré, aparte de la mejor respuesta del mundo para cuando alguien te diga su nombre. Muy de zombis, muy romántica y muy macarra… que se me hizo muy corta.

Aunque para historias cortas, Mañana todavía. Un conjunto de relatos distópicos, en el que distintos autores muestran su visión del futuro… y dónde algunos dan unas ideas que espero nadie las ponga en práctica. De todo y para todos los gustos: redes sociales, canibalismo, virus punteros y algún que otro cíborg, desfilan entre las hojas.

Pero para Distopías, Nube negra, perros con suerte, de Monty Brox. Aquí el futuro lo componen los menores de veinticinco años, los mayores han muerto y toca empezar de cero… por esto no sorprende que la ciudad se llame Gotam. Nuevos comienzos, segundas oportunidades, con personajes fuertes como solo pueden serlo unos supervivientes. Música, baile y pasiones, se mezclan con cuestiones elementales y preocupaciones cotidianas.

Aprovechad que está de promoción y en Amazon podéis conseguir la novela por solo 1, 49€. Os dejo el book tráiler:

Y del futuro incierto al pasado remoto con Manzana de invierno. En él me encuentro, viendo cómo mejora día a día gracias a sus autoras.

Destierro a la deriva se merece una entrada a parte, y los libros de los que aún no he hablado una continuación de esta, junto con las lecturas que surjan porque, aunque llueve, la temperatura es fresquita y el cielo está gris, todavía queda verano por delante.

Que lo disfrutéis, de vacaciones o en vuestras casas, entre letras, sombrillas… o mismo paraguas 😉